La sangre de San Jenaro se licúa prodigiosamente ante un Papa por primera vez desde 1848, con Pío IX
En Nápoles
No había sucedido en las visitas a Nápoles de Juan Pablo II en 1979 ni Benedicto XVI en 2007
Actualizado 21 marzo 2015
Juan Vicente Boo / Abc
El curioso prodigio de la licuefacción de la sangre de San Jenaro, que tiene lugar sólo en tres fechas fijas cada año, se produjo el sábado cuando el Papa Francisco impartió la bendición con la reliquia del obispo martirizado en el año 305 y venerado por los napolitanos como muy pocos santos en todo el planeta.
Al término del encuentro con sacerdotes, religiosos y seminaristas en la catedral de Nápoles, y después de sufrir un auténtico “asalto” por parte de las religiosas de clausura, que le adoran, el Papa dio la bendición con la reliquia.
Cuando la recibió, la sangre estaba sólida, en un lado de la ampolla de vidrio. Al devolver el relicario al cardinal Crescenzio Sepe, el arzobispo de Nápoles lo miró y dijo: “Se ve que San Genaro ama al Papa, pues la sangre se ha licuado ya a medias”.
El fenómeno suele requerir varios minutos antes de que la masa rojiza reseca adherida a un lado de la ampolla se convierta en sangre completamente líquida que cubre todo el vidrio. Francisco quitó importancia a su persona replicando inmediatamente: “Se ve que el santo nos quiere sólo a medias. Tenemos que convertirnos más”. La última vez con Pío IX
El curioso fenómeno – que se percibe al girar la reliquia y observar las manchas en el cristal- se produce sólo tres veces al año: el primer domingo de mayo, el 19 de septiembre, fiesta de San Jenaro, y el 16 de diciembre.
Artículo completo en www.religionenlibertad.com/la-sangre-de-sa…
No había sucedido en las visitas a Nápoles de Juan Pablo II en 1979 ni Benedicto XVI en 2007
Actualizado 21 marzo 2015
Juan Vicente Boo / Abc
El curioso prodigio de la licuefacción de la sangre de San Jenaro, que tiene lugar sólo en tres fechas fijas cada año, se produjo el sábado cuando el Papa Francisco impartió la bendición con la reliquia del obispo martirizado en el año 305 y venerado por los napolitanos como muy pocos santos en todo el planeta.
Al término del encuentro con sacerdotes, religiosos y seminaristas en la catedral de Nápoles, y después de sufrir un auténtico “asalto” por parte de las religiosas de clausura, que le adoran, el Papa dio la bendición con la reliquia.
Cuando la recibió, la sangre estaba sólida, en un lado de la ampolla de vidrio. Al devolver el relicario al cardinal Crescenzio Sepe, el arzobispo de Nápoles lo miró y dijo: “Se ve que San Genaro ama al Papa, pues la sangre se ha licuado ya a medias”.
El fenómeno suele requerir varios minutos antes de que la masa rojiza reseca adherida a un lado de la ampolla se convierta en sangre completamente líquida que cubre todo el vidrio. Francisco quitó importancia a su persona replicando inmediatamente: “Se ve que el santo nos quiere sólo a medias. Tenemos que convertirnos más”. La última vez con Pío IX
El curioso fenómeno – que se percibe al girar la reliquia y observar las manchas en el cristal- se produce sólo tres veces al año: el primer domingo de mayo, el 19 de septiembre, fiesta de San Jenaro, y el 16 de diciembre.
Artículo completo en www.religionenlibertad.com/la-sangre-de-sa…